¿Te has dicho alguna vez algo como: "Cuando tenga más tiempo, empezaré a entrenar" o "Cuando pase esta etapa difícil, volveré a cuidarme"? Esa mentalidad de "todo o nada" es como un ancla que te mantiene quieta, esperando el momento perfecto que, seamos sinceros, nunca llega.
Pero aquí está la verdad: no necesitas hacer todo a la perfección, solo necesitas empezar.
Haz lo que puedas, con lo que tienes
La vida no se detiene para que tú puedas tener todo bajo control. Siempre habrá trabajo, familia, compromisos, y sí, días en los que no tienes ganas. Pero ¿qué pasaría si en lugar de esperar las condiciones perfectas, hicieras algo, por pequeño que sea?
¿Solo tienes 15 minutos? Sal a caminar o haz un par de movimientos en casa.
¿Tu día está caótico? Toma agua, come algo nutritivo y descansa bien.
¿Tu energía está baja? Ajusta, pero no te detengas.
Lo importante es mantenerte en movimiento. Incluso los pasos pequeños suman cuando los haces consistentemente.
No se trata de hacerlo perfecto, se trata de llegar
Deja de castigarte por no hacerlo "bien" o por saltarte días. En su lugar, cambia el enfoque a celebrar cada intento.
Llegar es más importante que cómo llegaste.
Una semana con tres entrenamientos es mejor que ninguna.
Elegir una comida balanceada en medio de un día loco es un acto de amor propio.
Cada decisión cuenta porque te mantiene en el camino.
Cree en la magia de la consistencia
Cuando cambias "todo o nada" por "siempre algo," te das el regalo más importante: consistencia. Y con consistencia, los resultados llegan. No porque hiciste algo perfecto, sino porque te comprometiste contigo misma, una y otra vez.
¿Qué puedes hacer hoy para avanzar?
Empieza pequeño, pero empieza. Haz algo, cualquier cosa, que te acerque a la versión de ti que quieres ser. Recuerda: no tienes que esperar al lunes, al próximo mes, o a que todo sea ideal. Solo necesitas dar el primer paso hoy.
Porque nunca se trata de todo o nada. Se trata de siempre algo.
No sabes por dónde empezar. ¡Te ayudamos!
Comments